El colágeno tipo I es el más abundante y apoya la estructura de piel, cabello, uñas, huesos y tendones. El tipo II se concentra en el cartílago, por eso es clave para la función articular. El tipo III complementa a I en piel y vasos sanguíneos y también apoya tejidos como el intestinal. El tipo IV forma parte de las membranas basales, esenciales para la integridad de la piel y la filtración en distintos tejidos. El tipo V participa en la formación de fibras de colágeno y está presente en cabello y tejidos como la placenta, mientras que el tipo X aparece en el cartílago en crecimiento y contribuye a la mineralización ósea.